9/8/11

Un sueño...

Cuando inclinó su cuerpo sobre el mío ya había amanecido. Los tímidos rayos de sol se colaban por los agujeros de la persiana, ocupando los espacios vacíos en la cama. Una cálida brisa marina desplegaba sus alas por toda la habitación, provocando el ondoneo de una fina cortina que cubría parte de la ventana. Un ligero perfume a salitre inundaba el ambiente, embriagándome con todo con su aroma. El cercano sonido de las olas rompiendo en la orilla envolvía el delicado silencio, tansformándolo en una conocida melodía.
Yo, permanecía inmóvil entre las sábanas...

Con extrema delicadeza retiró mi largo cabello hacia atrás, despejándome el cuello. Sus labios rozaron suavemente mi piel. Me estremecí... Seguidamente inició un sendero de besos por mi nuca para finalizar donde la espalda pierde su nombre. De vuelta por el mismo camino entreabría sus labios intencionadamente dejando a su paso un imborrable rastro de humedad que despertó mis sentidos. Detuvo su paseo un poquito más arriba esta vez. Sentí su aliento justo en mi oído... Y con un interminable susurro me preguntó "¿Qué te apetece desayunar hoy?". Yo respondi "A ti..."



La fiesta de mis sentidos se celebra en tu cuerpo.

1 comentario:

  1. Me lo he imaginado por un momento y me ha encantado la sensación. Extraño tu piel. Y a ti. Te adoro.

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